El tema que nos ha estado ocupando estos últimos días en la clase de gestión del conocimiento, es un tema un tanto controvertido. Bajo mi punto de vista sí que es conveniente distinguir entre emprendedoras y emprendedores por tres motivos principales; en primer lugar la incorporación masiva de la mujer en el mercado laboral en general se ha producido desde hace relativamente poco, por lo que las mujeres parten de una situación de desventaja con respecto a los hombres; en segundo lugar, la mujer por sus características naturales, es la que da a luz, por lo tanto un cierto número de ellas, pueden determinar que no les interesa ser emprendedoras, ya que en un momento dado pueden tener un hijo y no puedan implicarse lo suficiente en un trabajo tan exigente como es ser emprendedora, a no ser que se produzca un cambio de mentalidad; y por último, es cierto que en la "España profunda" puede haber gente, que le "choque" que una mujer inicie su propio negocio fuera de las actividades asociadas habitualmente con la mujer como una peluquería, mercería, floristería, centros de belleza, etc.
En cuanto a los derechos, considero que la situación entre emprendedores y emprendedoras es exactamente la misma, ya que los requisitos son iguales para todos. Es más, teniendo en cuenta esta situación de desventaja, se pone a disposición de aquellas que se animen a montar su propia empresa, ciertas ayudas oficiales, lo cual implica una discriminación "positiva", con la que no toda la población está de acuerdo, (incluida parte de la ciudadanía femenina), en favor de las mujeres, con la intención de atenuar ese peor punto de partida. Vease:
Las mujeres emprendedoras, cada vez más, están entrando en negocios copados por hombres, lo cual puede despertar ciertos recelos en sectores machistas de la sociedad, a pesar de que la mujer esté perfectamente capacitada para desempeñarlos igual que cualquier hombre. Por este motivo, a parte de otros, surgen iniciativas promovidas por mujeres empresarias, que buscan dar visibilidad y apoyo a la mujer en el mundo de la empresa; tal es el caso de Ellas 2.0. Más concretamente este apoyo va dirigido a emprendedoras más enfocadas al sector de la tecnología, campo mayoritariamente ocupado por hombres. Yo creo que esta iniciativa es interesante, pero puede resultar un tanto discriminatoria, ya que en todo momento se habla de emprendedoras. En otras iniciativas con temática similar de apoyo a emprendedores, no se diferencia entre hombres y mujeres y ambos están incluidos.
Como reflexión final, creo que por mucho que desde las altas instancias se intente normalizar una situación que debería ser común, hasta que la sociedad no lo asimile desde sí misma y no se cambie la mentalidad, la posición de la mujer no se igualará del todo.
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